cookie

We use cookies to improve your browsing experience. By clicking «Accept all», you agree to the use of cookies.

avatar

Memes idiotas, Sr Smith

Apenas memes idiotas aqui. Mr. Smith is our friend and father.

Show more
Advertising posts
499
Subscribers
No data24 hours
-17 days
-530 days

Data loading in progress...

Subscriber growth rate

Data loading in progress...

ones nacionales en todo el mundo), vemos esta falsa dicotomía y, sin embargo, la gran mayoría de la población sigue cayendo en ella. Votar por quien se presenta como “conservador” significa que se es fascista o verdadero patriota. Por el contrario, votar por partidos de tendencia izquierdista lo convierte en una persona moral y compasiva, o en marxista furioso. Es una visión obviamente infantil del mundo, pero es exactamente donde nos encontramos actualmente en el diálogo político público. Es una forma intencionadamente grandilocuente, desagradable y ruidosa de presentar las opciones al ciudadano medio, y tiene como objetivo distraerlo del hecho de que, en realidad, no hay elección alguna, no está eligiendo nada. No importa quién gane, la maquinaria del estado sigue funcionando imperturbable. Claro, puede que veamos algunas políticas populares intrascendentes y en gran medida simbólicas aprobadas como ley, como un recorte de impuestos aquí, o un beneficio social adicional allá. Pero las cosas que realmente importan, las decisiones, el financiamiento, la gestión estructural del país, no se ven afectadas en absoluto. Las guerras, la división, el poder y el control del gobierno, la supresión de la libertad de expresión, todo sigue creciendo, junto con el tamaño de la misma máquina del estado. Vimos ésto en las recientes elecciones europeas. Los medios de comunicación afirmaron en su momento que la votación de este año era histórica y decisiva en Bélgica, Francia y el Reino Unido. Resultó que no fue así. La gente votó por la derecha en los dos primeros ejemplos, y por la izquierda en el último caso. Absolutamente nada cambió en todos los casos, ambas guerras siguen en curso, la inflación creada por el BCE sigue haciendo estragos, las libertades individuales siguen siendo avasalladas. El ejemplo de Francia es particularmente ilustrativo, ya que el voto popular fue básicamente ignorado cuando los partidos que anteriormente estaban en guerra, entraron en una componenda para impedir a los ganadores tomar el poder. Lo que una y otra vez los votantes no tienen en cuenta, es que la elección que se les ofrece es la misma que Henry Ford ofreció a sus clientes: “Un cliente puede tener su automóvil nuevo del color que desee, siempre y cuando desee que sea negro”. Es totalmente irracional esperar un resultado diferente cuando seguimos haciendo lo mismo una y otra vez. Participar en este circo, volverse contra nuestros vecinos, y permitir que la obsesión ideológica nos ciegue al raciocinio y a la empatía humana, no es el camino a seguir. El único camino sostenible para la gente razonable y amante de la libertad, es buscar individuos con ideas afines y simplemente “optar por salir” de este sistema irreparablemente corrupto, vicioso, viciado e insalvable. El momento en que todos comprendamos que el verdadero enemigo no está a nuestra izquierda ni a nuestra derecha, sino que nos ha estado aplastando con su bota desde arriba todo el tiempo, será el momento en que podamos comenzar a recuperar el control de nuestras propias vidas. Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko O post Ilusión de la elección: democracia como el mayor espectáculo del planeta apareceu primeiro em Instituto Rothbard.
Show all...
no diálogo político público. É uma maneira intencionalmente bombástica, desagradável e barulhenta de apresentar as duas opções ao cidadão comum e destina-se a distraí-los do fato de que na verdade não há escolha alguma. Não importa quem ganhe, a máquina do Estado continua incomodando sem ser incomodada. Claro, você pode ver algumas políticas populares inconsequentes e amplamente simbólicas aprovadas em lei, como um corte de impostos aqui ou um benefício extra de bem-estar ali, mas as coisas que realmente importam, as decisões, o financiamento, a gestão estrutural do país permanecem totalmente intactas. Guerras, divisões, poderes e controle do governo, supressão da liberdade de expressão, tudo isso continua crescendo, junto com o tamanho da própria máquina do Estado. Vimos isso nas recentes eleições europeias. A mídia na época afirmou que a votação deste ano era histórica e definidora na Bélgica, França e Reino Unido. Elas acabaram não sendo nada disso. O povo votou na direita nos dois primeiros exemplos e na esquerda no último caso. Absolutamente nada mudou em todos os casos, ambas as guerras ainda estão em andamento, a inflação criada pelo BCE ainda está em alta, as liberdades individuais ainda estão sendo desconsideradas. O exemplo da França é particularmente esclarecedor, já que o voto popular foi essencialmente ignorado quando as partes anteriormente em conflito entraram em uma coalizão para impedi-las de assumir o comando. O que os eleitores deixam de considerar repetidamente é que a escolha que lhes é dada é a mesma que Henry Ford deu a seus clientes quando se tratou de selecionar uma cor para seu carro novo: “eles podem ter a cor que quiserem, desde que seja preto”. É totalmente irracional esperar um resultado diferente quando continuamos fazendo a mesma coisa repetidamente. Participar desse circo, voltar-se contra nossos vizinhos e permitir que a obsessão ideológica nos cegue o bom senso e a empatia humana não é o caminho a seguir. O único caminho sustentável para pessoas razoáveis e amantes da liberdade é buscar indivíduos com ideias semelhantes e simplesmente “sair” desse sistema irreparavelmente corrupto e irrecuperável. No momento em que todos entendemos que o verdadeiro inimigo não está à nossa esquerda nem à nossa direita, mas está nos esmagando com sua bota de cima esse tempo todo, será o momento em que podemos começar a recuperar o controle sobre nossas próprias vidas. Artigo original aqui O post Democracia: a ilusão da escolha apareceu primeiro em Instituto Rothbard.
Show all...
pensemos sobre esta guerra. No como un conflicto geopolítico innecesario que fue siendo intensificado durante décadas antes de estallar en la guerra convencional que vemos hoy, sino simplemente como un enfrentamiento en blanco y negro con un país malvado. Es importante destacar que, como se puede ver en la apertura del discurso sobre el Estado de la Unión de Biden de principios de este año, el establishment ha combinado explícitamente esta amenaza en el extranjero con lo que ellos llaman la amenaza interna. Es decir, Trump y el movimiento MAGA. Entonces, si una persona perturbada como Ryan Routh está convencida de que sería un héroe si va y lucha contra los malvados rusos en Ucrania, sólo para ser rechazado debido a su edad, no es muy difícil esperar que concluya que todavía podría ser un héroe si pone su mira en lo que le dijeron que es la misma amenaza en casa. Eso no quiere decir que las voces del establishment que impulsan las narrativas simplistas que capturaron a Routh iniciaron directamente su intento de asesinato; aunque sí lo harían según el standard que aplican a Trump y el 6 de Enero. El problema es que el establishment está utilizando narrativas engañosas y totalmente falsas sobre la guerra en Ucrania, y la ira populista enfocada contra ellos para asustarnos y hacer que votemos de manera que apoye sus intereses. No debería sorprender a nadie que estas narrativas artificiales, simplistas y excesivamente dramáticas lleven a algunas personas a decidir que votar no es suficiente. Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko O post El segundo tirador contra Trump cree exactamente lo que los medios del establishment quieren que creamos apareceu primeiro em Instituto Rothbard.
Show all...
a sincronización, la comunicación, la asimilación y la armonización que demuestran estas extraordinarias criaturas. Nos impresionan y fascinan sus comportamientos, patrones y habilidades colectivas, y nos cautiva su capacidad de actuar en perfecta armonía y funcionar como un único “superorganismo” con un propósito unificado y una voluntad consolidada. Nuestra admiración por las colonias exitosas y las colmenas productivas, nuestro respeto por estos sistemas complejos y espectaculares, y nuestro deleite por la precisión, la persistencia y la resiliencia que impregnan el trabajo de toda su vida, hacen que sea casi imposible para la mayoría de las personas infligir daño alguno a un colectivo de este tipo, siempre que no suponga una amenaza física, por supuesto. Tras haber visto y apreciado plenamente las maravillosas complejidades, la cohesión impenetrable y la organización meticulosa de una colonia de hormigas o el orden aparentemente espontáneo, la eficiencia y la productividad de una colmena de abejas, la inmensa mayoría de las personas sensatas y cuerdas se sentiría instintivamente inclinada a proteger y preservar formaciones naturales de este tipo, ya que son un testimonio del poder del colectivo. Nadie en su sano juicio destruiría a propósito y sin provocación una colmena de abejas zumbante, o una dinámica colonia de hormigas. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los miembros individuales de sistemas como éstos. Una sola hormiga o una abeja solitaria no gozan de tal reverencia. Por el contrario, se las trata como plagas, sólo despiertan sentimientos de fastidio o repugnancia y, por lo tanto, se las extermina de manera sumaria y casi automática. Esta analogía es muy válida como ilustración de cómo los poderes fácticos dominantes ven al ciudadano individual. Ellos también buscan proteger y preservar lo colectivo, ellos también aprecian al “público” como un todo –después de todo, no puede haber gobierno si no hay un cuerpo a ser gobernado. Es por eso que las “masas” sin rostro, sin alma, abstractas, la “ciudadanía”, el “cuerpo político”, o como sea que uno elija llamar a este superorganismo humano, es de vital importancia para aquellos que buscan poder y control. Sin embargo, no se manifiesta ningún respeto, o incluso ninguna compasión, para con el ciudadano individual. Al igual que consideramos que la vida, el sufrimiento y la muerte de los antes mencionados insectos indefensos son totalmente insignificantes y completamente irrelevantes para nuestras propias vidas, así también ven los gobernantes a los gobernados. Y al igual que la mayoría de nosotros no pensaría dos veces antes de aplastar una hormiga con nuestro zapato, tampoco lo hacen los que tienen el poder al aplastar a individuos molestos. La única diferencia real es que la mayoría de los colectivos humanos está controlada por la ilusión de la elección, la idea de la autodeterminación, y la promesa de la agencia personal. La idea de que en las urnas se escucha la voz de todos. A pesar de carecer por completo de significado, la fantasía “Vox Populi, Vox Dei” han logrado sostener a las democracias occidentales durante siglos. La ciega fe del público en que “el sistema funciona”, en que cada voto cuenta tanto como el siguiente, y en que todos tienen el mismo poder para influir en el resultado de una elección, puede sonar escandalosamente ingenua para el observador racional y perspicaz, pero es esta misma ilusión la que sustenta y sostiene a casi todas las naciones occidentales. Lo que es aún más asombroso es que incluso cuando el engaño es puesto en evidencia, esta ilusión de elección permanece. En Occidente, durante décadas hemos estado sujetos a la ilusión de elegir entre dos partidos políticos ideológicamente opuestos. Sin embargo, todo tiene mucho más sentido cuando uno se da cuenta de que la derecha y la izquierda son alas unidas a la misma ave. En cada ciclo electoral, incluido el que estamos viviendo (el de 2024 será el año electoral más importante de la historia en cuanto a número de elecci[...]
Show all...
ados e fascinados por seus comportamentos, padrões e habilidades coletivas, e somos cativados por sua capacidade de agir em perfeito uníssono e funcionar como um único “superorganismo” com um propósito unificado e uma vontade consolidada. Nossa admiração por formigueiros bem-sucedidos e colmeias produtivas, nosso respeito por esses sistemas complexos e espetaculares e nosso deleite com a precisão, persistência e resiliência que permeiam o trabalho de suas vidas tornam quase impossível para a maioria das pessoas infligir qualquer dano a tal coletivo, desde que não represente nenhuma ameaça física a elas, é claro. Tendo visto e apreciado plenamente os meandros maravilhosos, a coesão impenetrável e a organização meticulosa de uma colônia de formigas ou a ordem aparentemente espontânea, a eficiência e a produtividade de uma colmeia de abelhas, a grande maioria das pessoas sãs e sensatas estaria instintivamente inclinada a proteger e preservar formações naturais desse tipo, pois elas são um testemunho do poder do coletivo. Ninguém em sã consciência destruiria propositalmente e sem provocação uma colmeia de abelhas ativa ou um formigueiro dinâmico. No entanto, o mesmo não pode ser dito sobre os membros individuais de sistemas como esses. Uma única formiga ou uma abelha solitária não desfruta de tal reverência; pelo contrário, são tratadas como pragas, despertam apenas sentimentos de aborrecimento ou repulsa e, portanto, são sumariamente e quase automaticamente exterminadas. Essa analogia se sustenta muito bem como uma ilustração de como os poderes constituídos olham para o cidadão individual. Eles também procuram proteger e preservar o coletivo, eles também apreciam o “público” como um todo – afinal, não pode haver governo se não houver um corpo para governar. É por isso que as “massas” abstratas, sem rosto, sem alma, a “cidadania”, o “corpo político”, ou qualquer outra coisa que se escolha chamar de superorganismo humano, é de vital importância para aqueles que buscam poder e controle. No entanto, nenhum respeito, ou mesmo nenhuma compaixão, é estendido ao cidadão individual. Assim como consideramos a vida, o sofrimento e a morte dos insetos indefesos mencionados acima como totalmente insignificantes e totalmente irrelevantes para nossas próprias vidas, os governantes consideram os governados. E assim como a maioria de nós não pensaria duas vezes antes de esmagar uma formiga com nosso sapato, o mesmo acontece com os poderes constituídos que sentem o mesmo em relação a esmagar indivíduos incômodos. A única diferença real é que a maioria dos coletivos humanos é controlada pela ilusão de escolha, a ideia de autodeterminação e a promessa de interferência pessoal. A noção de que a voz de todos é ouvida nas urnas e a fantasia de “Vox Populi, Vox Dei”, apesar de completamente desprovida de qualquer significado, conseguiram sustentar as democracias ocidentais durante séculos. A fé cega do público de que “o sistema funciona”, que cada voto conta tanto quanto o próximo e que todos têm o mesmo poder de influenciar o resultado de uma eleição pode soar escandalosamente ingênua para o observador racional e perspicaz, mas é esse puro pensamento positivo que sustenta e apoia quase todas as nações ocidentais. O que é ainda mais surpreendente é que, mesmo quando a farsa se torna aparente, essa ilusão de escolha permanece. No Ocidente, há décadas estamos sujeitos à ilusão de escolha entre diferentes partidos políticos ideologicamente opostos. No entanto, tudo faz muito mais sentido quando se percebe que a asa direita e a asa esquerda estão presas ao mesmo pássaro. A cada ciclo eleitoral, incluindo o atual, vemos essa falsa dicotomia e, no entanto, a grande maioria da população ainda cai nessa. Votar em quem quer que se apresente como “conservador” significa que você é um fascista ou um verdadeiro patriota. Por outro lado, votar em partidos de esquerda faz de você moral e compassivo ou um marxista furioso. Esta é uma visão obviamente infantil do mundo, mas é onde estamos atualmente [...]
Show all...
Instituto Rothbard Ilusión de la elección: democracia como el mayor espectáculo del planeta https://rothbardbrasil.com/wp-content/uploads/2024/09/democracia-ilusao.jpeg Como ciudadanos individuales, votantes y pagadores de impuestos, hemos sido tan profunda, tan consistente e implacablemente adoctrinados, tan ciegamente radicalizados y tan completa y fácilmente subyugados y manipulados ideológicamente que, a estas alturas, se ha vuelto terriblemente difícil para cualquiera de nosotros considerar siquiera cualquier punto de vista u opinión que se oponga a la nuestra. Para un solo individuo es casi imposible encontrar la fuerza de carácter o la fortaleza moral para plantear dudas, preguntas u objeciones contra las proclamaciones dogmáticas prevalecientes –argumentos construidos sobre la idea de que cualquier afirmación puede ser verdadera y válida, siempre que una figura de autoridad así lo declare (incluso si el sentido común o la opinión pública se oponen a ella). Es casi inconcebible para una persona común desafiar la convención y la conformidad, y abrazar en cambio los instintos humanos básicos, cediendo a impulsos primarios como la curiosidad, la indagación, la creatividad y la innovación. Se ha vuelto impensable, inaceptable e incluso imperdonable albergar, fomentar y perseguir cualquier pensamiento original, especialmente si dicho pensamiento se percibe como disidente, desviado o despectivo hacia las miríadas de narrativas forzadas y “verdades universales” que han sido impuestas al cuerpo político desde tiempos inmemoriales. A nadie se le permite cuestionar la necesidad de una máquina estatal o de un gobierno o de cualquier otro tipo de autoridad centralizada. Se da por sentado y se ve como un “hecho”, que debe existir algún tipo de administración central, “de arriba hacia abajo”, para que surja y funcione cualquier sociedad civilizada. En la mayoría de las naciones occidentales, también se considera evidente que la manera más eficiente y eficaz de elegir a este liderazgo tan importante y todopoderoso es pasar por el proceso democrático y determinar los deseos de la mayoría, guiarse por la “voluntad del pueblo”, y esforzarse por alcanzar el “bien mayor”. O, dicho de otro modo, priorizar los intereses de la mayoría por sobre los intereses de unos pocos, maximizar el bienestar, la protección y la prosperidad del votante “promedio” por sobre las necesidades –e incluso de los derechos naturales– de cualquier individuo divergente. La sociedad en su conjunto es considerada infinitamente más importante que los seres humanos reales que la constituyen. Este tipo de visión brutalmente utilitarista, completamente desalmada y deplorablemente materialista de la humanidad, es verdaderamente alarmante. Considerar a las personas como simples partes de un todo, deshumanizarlas tratándolas como engranajes intercambiables de una máquina, y negarles su dignidad humana básica al desestimar su individualidad, las experiencias únicas, las elecciones y los sacrificios que las formaron, es una forma peligrosamente reduccionista e imprudentemente miope de mirar el mundo y, en especial, de intentar comprender nuestro papel o nuestro propósito en él. Esta perspectiva insensible y distorsionada, que valora los logros humanos, las hazañas del ingenio o creatividad, y el progreso humano en general, sólo si sirven y promueven los intereses del colectivo, inevitablemente reduce a cada individuo a un autómata intrascendente, inhumano y fácilmente reemplazable, dominado y controlado por órdenes preprogramadas genéticamente, e instintos primarios y programado para valorar la aceptación social, la pertenencia a un grupo, y la conformidad con la corriente dominante por encima de cualquier otra cosa. Este punto de vista es inquietante y preocupantemente similar a la forma en que vemos una colonia de hormigas o una colmena de abejas. Nos maravillamos ante la coordinación, l[...]
Show all...
Ilusión de la elección: democracia como el mayor espectáculo del planeta - Instituto Rothbard

Como ciudadanos individuales, votantes y pagadores de impuestos, hemos sido tan profunda, tan consistente e implacablemente adoctrinados, tan ciegamente radicalizados y tan completa y fácilmente subyugados y manipulados ideológicamente que, a estas alturas, se ha vuelto terriblemente difícil para cualquiera de nosotros considerar siquiera cualquier punto de vista u opinión que se oponga a la […]

Instituto Rothbard El segundo tirador contra Trump cree exactamente lo que los medios del establishment quieren que creamos https://rothbardbrasil.com/wp-content/uploads/2024/09/atirador-trump.jpg Por segunda vez en este ciclo electoral, el Domingo pasado un hombre pudo acercarse a Donald Trump con un rifle. El expresidente estaba jugando golf, cuando agentes del Servicio Secreto vieron el cañón de un rifle asomando entre unos arbustos, justo al lado del campo, cerca de un hoyo en el que Trump pronto jugaría. Los agentes dispararon contra el sospechoso, lo que hizo que éste huyera mientras Trump era sacado del curso. Poco después, el hombre fue detenido por la policía. Del bosque donde se escondía el sospechoso, fueron recuperados un rifle con mira telescópica, dos mochilas y una cámara de video. El FBI dijo que estaba investigando el incidente como intento de asesinato. El sospechoso, Ryan Routh, ha sido acusado hasta ahora de dos delitos relacionados con armas de fuego. Si bien existen claramente algunas diferencias importantes entre este incidente y el primer intento de asesinato en Julio –cuando Trump recibió un disparo en la oreja durante un meeting en Butler, Pennsylvania–, el hecho de que un hombre armado pudiera acercarse tanto al presidente y pasar desapercibido hasta último momento por segunda vez en dos meses, es un gran problema. Sin embargo, la reacción del establishment político y de los medios de comunicación ha sido significativamente diferente. En Julio, hubo un amplio acuerdo dentro del establishment de que necesitaban “bajar la temperatura”. Esta semana, la retórica ha cambiado. Si bien la mayoría sigue la moción de denunciar la violencia política, las figuras del establishment y los medios han minimizado este intento de asesinato, han opacado la ideología política del atacante, e incluso han culpado al propio Trump por “provocar” que la gente intente matarlo. No sorprende que el establishment político y sus cómplices en los medios quieran desestimar o restar importancia a lo ocurrido el Domingo. Porque Ryan Routh, el sospechoso, parece haber estado motivado por la narrativa exacta de la guerra en Ucrania y la perspectiva de un segundo mandato de Trump, la que el establishment intenta con tanto denuedo lograr que el público estadounidense acepte. A principios de 2022, después de que Rusia invadiera Ucrania, el establishment estadounidense se puso a toda marcha para encubrir todos los acontecimientos que habían conducido a la invasión. En cambio, definieron a Vladymir Putin como un tirano expansionista, empeñado en conquistar toda Europa simplemente porque odia la libertad y la democracia. Gracias a publicaciones descubiertas en las redes sociales, numerosas entrevistas con medios importantes como The New York Times y un libro autoeditado, podemos ver claramente que Routh estaba completamente convencido de la caracterización de la guerra por parte del establishment. Tanto es así que en los meses posteriores al estallido de la guerra, Routh viajó a Ucrania para intentar unirse a la lucha. Lo rechazaron, aparentemente debido a su edad, pero se quedó para intentar reclutar a otros extranjeros para que se unieran a las filas de Ucrania. En una entrevista con Newsweek, Routh explicó cómo ve la guerra: Para mí, muchos de los otros conflictos son grises, pero este conflicto es definitivamente en blanco y negro. Se trata del bien contra el mal. Éste es un libro de cuentos; cualquier película que hayamos visto alguna vez, es definitivamente el mal contra el bien. … Parece como si tuviéramos un líder y un país que no entiende el concepto de ser altruista, generoso y amable, y los valores morales básicos que requieren los seres humanos en estos días. Me deja boquiabierto. Así es exactamente como los expertos y políticos que componen el establishment político estadounidense quieren que [...]
Show all...
El segundo tirador contra Trump cree exactamente lo que los medios del establishment quieren que creamos - Instituto Rothbard

Por segunda vez en este ciclo electoral, el Domingo pasado un hombre pudo acercarse a Donald Trump con un rifle. El expresidente estaba jugando golf, cuando agentes del Servicio Secreto vieron el cañón de un rifle asomando entre unos arbustos, justo al lado del campo, cerca de un hoyo en el que Trump pronto jugaría. […]

Instituto Rothbard Democracia: a ilusão da escolha [Lee esto en español] https://rothbardbrasil.com/wp-content/uploads/2024/09/democracia-ilusao.jpeg Como cidadãos individuais, como eleitores e pagadores de impostos, fomos tão profundamente, tão consistentemente, tão implacavelmente doutrinados, tão cegamente radicalizados e tão completa e facilmente subjugados e ideologicamente manipulados que chegamos a um ponto em que tornou-se extremamente desafiador para qualquer um de nós simplesmente cogitar qualquer ponto de vista ou qualquer opinião que se oponha à opinião dominante. É quase impossível para um único indivíduo encontrar a força de caráter ou a fortaleza moral para levantar dúvidas, questões ou objeções contra as proclamações dogmáticas predominantes (argumentos construídos sobre a ideia de que qualquer afirmação pode ser verdadeira e válida desde que uma figura de autoridade a declare – mesmo que o senso comum ou a opinião pública se oponham a ela). É quase inconcebível para uma pessoa comum desafiar as convenções e a conformidade e, em vez disso, abraçar os instintos humanos básicos, cedendo a impulsos primitivos como curiosidade, ceticismo, criatividade e inovação.  Tornou-se impensável, inaceitável e até imperdoável possuir, fomentar e buscar qualquer pensamento original, especialmente se esse pensamento for percebido como dissidente, desviante ou desdenhoso em relação às miríades de narrativas forçadas e “verdades universais” que foram impostas ao corpo político desde tempos imemoriais. Por exemplo, ninguém tem permissão para questionar a necessidade (ou, mais precisamente, a falta dela) de uma máquina estatal ou de um governo ou de qualquer outro tipo de autoridade centralizada. Geralmente é dado como certo e é visto como um “dado” que algum tipo de administração central, “de cima para baixo”, deve existir para que qualquer sociedade civilizada surja e funcione. Na maioria das nações ocidentais, também é visto como evidente que a maneira mais eficiente e eficaz de escolher essa liderança toda-importante e toda-poderosa é passar pelo processo democrático e verificar os desejos da maioria, ser guiado pela “vontade do povo” e lutar pelo “bem maior” – ou dito de outra forma, priorizar os interesses de muitos sobre os interesses de poucos, maximizar o bem-estar, a proteção e a prosperidade do eleitor “médio” sobre as necessidades e até mesmo sobre os direitos naturais de qualquer indivíduo divergente – a sociedade como um todo é vista como infinitamente mais importante do que os seres humanos reais que a constituem. Esse tipo de visão brutalmente utilitária, totalmente sem alma e deploravelmente materialista da humanidade é verdadeiramente alarmante. Olhar para as pessoas como meras partes de um todo, desumanizá-las tratando-as como engrenagens intercambiáveis em uma máquina e negando-lhes sua dignidade humana básica, descartando sua individualidade, as experiências únicas, as escolhas e os sacrifícios que as moldaram é uma maneira perigosamente redutora e imprudentemente míope de olhar para o mundo e, especialmente, de tentar entender nosso papel ou nosso propósito nele. Essa perspectiva insensível e distorcida, que valoriza as conquistas humanas, os feitos de engenhosidade ou criatividade e o progresso humano geral apenas se servirem e promoverem os interesses do coletivo, inevitavelmente reduz cada indivíduo a um autômato irrelevante, desumano e prontamente substituível, dominado e controlado por comandos geneticamente pré-programados e instintos primitivos e programados para valorizar a aceitação social, associação ao grupo e conformidade acima de qualquer outra coisa. Esse ponto de vista é assustadoramente e preocupantemente semelhante à maneira como vemos uma colônia de formigas ou uma colmeia de abelhas. Ficamos maravilhados com a coordenação, a sincronização, a comunicação, a assimilação e a harmonização que essas criaturas notáveis demonstram. Ficamos impression[...]
Show all...
Democracia: a ilusão da escolha - Instituto Rothbard

Como cidadãos individuais, como eleitores e pagadores de impostos, fomos tão profundamente, tão consistentemente, tão implacavelmente doutrinados, tão cegamente radicalizados e tão completa e facilmente subjugados e ideologicamente manipulados que chegamos a um ponto em que tornou-se extremamente desafiador para qualquer um de nós simplesmente cogitar qualquer ponto de vista ou qualquer opinião que se […]

n de las partes, porque las partes están intercambiando su propiedad –si violan los derechos de terceros que no consienten, eso es un asunto que corresponde a los tribunales. Smith no quería decir que los compradores y vendedores no pueden ser amistosos o preocuparse por los demás. Su argumento era que la benevolencia no es necesaria para los intercambios mutuamente beneficiosos. Se produciría de todos modos. Todo lo que se requiere es la comprensión de que el comercio es de suma positiva. Cada uno intercambia algo menos preferido por algo más preferido. La persona A obtiene de la persona B lo que quiere, al ofrecerle a B lo que B quiere, y viceversa. Uno sirve a sus propios intereses al averiguar qué es lo que conviene a los demás. La búsqueda del interés propio sirve a los intereses de todos. Ese es un buen acuerdo. Alguien dijo una vez que si vale la pena salvar a Estados Unidos, vale la pena salvarlo con las ganancias. Eso se aplica a todo el mundo. Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko O post Hacer el bien con las ganancias apareceu primeiro em Instituto Rothbard.
Show all...
organizaciones sin fines de lucro, especialmente los gobiernos, es desalentador. ¿Dónde están los elogios al mercado de todas las voces antipobreza habituales? Sólo puedo encontrar una voz, aunque sea a regañadientes: la estrella de rock Bono, quien en 2022 dijo: Hay un momento divertido en el que, como activista, te das cuenta de que la salida de la pobreza extrema es, uf, el comercio, es el capitalismo empresarial. Paso mucho tiempo en países de toda África y dicen: “Eh, en realidad no nos importaría un poco más de globalización. Yo señalaría que ha habido mucho progreso a lo largo de los años” … El capitalismo es una bestia salvaje. Necesitamos domarlo. Pero la globalización ha sacado a más personas de la pobreza que cualquier otro -ismo. Si alguien viene con una idea mejor, me apunto. No crecí con la idea de que hemos convertido a los empresarios en héroes, pero si estás generando empleos en una comunidad y tratando bien a la gente, entonces eres un héroe. Como dije, a regañadientes, pero mejor que nada. Pero ¿acaso los amigos y fans de Bono se volvieron pro-mercado? No lo veo. Podría esperarse que en un mundo de escasez, un sistema de economía política que armoniza intereses diversos y crea riqueza generalizada a partir de esas diferencias, se ganara elogios entusiastas. Pero no. Los entusiastas de los mercados y el éxito económico han sido escasos a lo largo de la historia, porque unos pocos tienen un éxito fabuloso como innovadores, mientras que la mayoría de los demás simplemente tienen éxito como consumidores –más allá de los sueños más descabellados de sus antepasados ​​recientes. “¡La gente antes que las ganancias!”, gritan los ignorantes envidiosos, que no se molestan en darse cuenta de que las empresas que no logran complacer a la gente, registran pérdidas, no ganancias, y se declaran en quiebra. Es un sistema de ganancias y pérdidas –a menos que el gobierno viole el sistema al intervenir. Por cierto, la ganancia empresarial pura surge cuando una empresa puede vender sus bienes por un precio superior a sus costos, incluidos los salarios. Es decir, un empresario se encuentra con un arbitraje entre el precio (valuación) de los insumos, y el precio que los compradores están dispuestos a pagar por el producto. El grito de batalla: ¡Explotad las diferencias de precios, no a las personas! Sin embargo, a algunos les resulta más satisfactorio buscar la explotación en cualquier encuentro, ya sea que exista o no. Los vendedores explotan a los compradores; los empleadores explotan a los empleados. No se necesita ninguna prueba porque es un sagrado artículo de fe. Los fieles son ciegos a la profunda armonía de intereses de vendedores y compradores, de empleadores y empleados. Se necesitan mutuamente, porque el sistema de libertad natural, incluso cuando está lastrado por la intervención estatal, hace que todas las partes sean más ricas que lo que podrían ser sin el mercado, sus prerrequisitos (respeto por los demás y por su propiedad) y sus consecuencias (la división global del trabajo). Volviendo al punto de Adam Smith, ¿cuál podría ser la objeción al comercio basado en el beneficio mutuo? ¿Por qué alguien debería esperar que el carnicero, el panadero y el cervecero vivan para sus clientes? Al igual que sus clientes, ellos también tienen vidas y familias. ¿Están equivocados los vendedores porque no regalan sus mercancías? ¿Regalan sus clientes sus productos y servicios? Entonces, ¿qué hay de malo en cobrar lo que “el mercado pueda soportar”, es decir, lo que la gente esté dispuesta a pagar? Todos estamos de acuerdo en que nadie puede poseer a otras personas. Si quieres algo que pertenece a otra persona, ofreces intercambiarlo. Así como no eres dueño de otras personas –eso se llama esclavitud–, tampoco eres dueño de sus pertenencias hasta que acepten los términos del intercambio. Los gobiernos a menudo intentan establecer los términos del intercambio, pero no tienen poder legítimo para hacerlo. Los gobiernos son usurpadores. Los términos depende[...]
Show all...
Choose a Different Plan

Your current plan allows analytics for only 5 channels. To get more, please choose a different plan.