Nacionalismo en Chile

«Cuando el continente Iberoamericano, o indomediterráneo, sea un país solo; cuando hayamos imitado de los yanquis la unión, que es su mayor virtud nacional, entonces valdremos bastante más que ellos, a causa de la santidad de nuestras raíces, a causa del espiritualismo hispano». —Edwards Bello, Nacionalismo continental

El Almirante de la Kriegsmarine Günther Lütjens dedicando una ofrenda floral al héroe naval chileno Arturo Prat, en la ciudad de Valparaiso en el año 1935. El Comandante Lütjens le confeso a los oficiales chilenos su admiración por Prat, aquella admiración desde la niñez por el procer fue la razón fundamental para ingresar a la marina alemana. Por casualidades del destino, el Comandante Lütjens falleció en combate en 1941 al igual que su héroe de infancia.

"No ensalzo a Prat por el prurito de excitar el patriotismo elevando loas al chileno que consideramos como guerrero, por antonomasia. Pero no podemos dejar de admirar la conducta que exhibió desde el primer momento: su serenidad de espíritu y su claridad de inteligencia para apreciar e intuir la influencia que tendría su sacrificio y el de los suyos en los sucesos posteriores de la guerra. Un sacrificio que él vislumbró como inevitable en tan desigual contienda. Parece que no se ha pensado lo necesario en lo que este chileno reflexionó en esos instantes: cómo supo proyectar en lo porvenir, los efectos que tendría un desastre sin gloria, si él se entregaba al enemigo, con las manos atadas, sin combatir; cómo pudo repasar en su mente los hechos sobresalientes de nuestras tradiciones militares y navales, para concluir que no se podía quebrar la tradición y sembrar el desaliento y el derrotismo en los comienzos de la guerra. Era necesario un ejemplo enaltecedor. "¡Ah! Sí diéramos un triunfo moral a Chile" Y lo pensó. Y lo maduró brevemente. Y lo hizo. Sencillamente incomparable". -Guillermo Izquierdo Araya.

«Necesitamos, pues, un educación práctica en todo sentido, una educación viva y no muerta; necesitamos perder la timidez y la tristeza, porque en este mundo se combate con el cuerpo también, al mismo tiempo que con la inteligencia. Es preciso ver surgir una nueva generación alegre y activa, capaz de vencer también por don de gentes o simpatía humana. Fuera de los vinos y frutas, la industria y el comercio están casi íntegros en manos de extranjeros. El chileno se refugia en la burocracia electoral, en la política, o sea, en las funciones apartes de la producción. Una vez perdido el mercado del salitre y del cobre, en todo caso perdidos de nuestras manos directoras, es urgente formar nuevos focos de riqueza y de éxito que den nuevo brillo a nuestros ojos y nos den, en fin, esos rostros alegres y decididos de nuestros antepasados. Actualmente, lo que abunda es el hombre larva, sin fe ni franqueza, en eterno trance de formación». —Joaquín Edwards Bello, Nuestra educación, 21 de enero de 1934

sureños a las armas- ángelo guíñez jarpa.pdf